jueves, 24 de mayo de 2018

No hay palabra sin responsabilidad.



No pienses que cualquier cosa que digas es simplemente una palabra más, aun sea de broma o por cumplir con las creencias sociales de la buena educación, todo cuanto sale de tu boca tiene poder; poder destructivo o poder creador, a fin de cuentas, poder es.
Isaías 55:11 dice: Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para lo que la envié.
Esta parece ser una Ley muy rotunda, ¿verdad? ¡Menos mal que solo es útil para Dios, eh! Porque, si fuese útil para nosotros a ver quién es el guapo o la guapa que controla la lengua, las palabras, los pensamientos y lo que sigue.
Aunque, si meditamos lo necesario y verdaderamente profundo en esta ley, resulta que podemos observar algunos datos curiosos.

El concepto que tienes de ti mismo resulta equivalente a las experiencias que vives.
Cuando describes los aspectos de alguien, ya sea para bien o para mal, resulta que a más énfasis le pones más te pareces a la imagen que has descrito de esa persona, y así, tú la disfrutas más o la padeces más, sucede igual con la situaciones y circunstancias.
Otras situaciones que se han observado, y que pueden ser igual en tu caso, son los siguientes ejemplos. 


Cuando te oigas diciendo “tengo qué”, observa que te cuesta más hacer eso, y si lo haces, no estás disfrutando de hacerlo, se convierte en una carga.
Cuando te oyes diciendo “me gustaría que”, te estas alejando de eso, lo alejas porque no crees que suceda. 


En algunos casos es algo que si crees o has visto que les sucede a otras personas, pero no crees que te pueda suceder a ti, no te imaginas a ti viviendo esa situación, si además le añades que te sepa mal que a ellos si les suceda eso que no te sucede a ti, la cosa se complica más. 

Mejor nos iría a todos si llenásemos nuestra mente y nutriésemos nuestra lengua de creaciones abundantes, prosperas, compasivas, amorosas y de misericordia para con el prójimo y con el entorno.
En vez de reaccionar como de costumbre ante comportamientos inesperados, debemos de centrarnos en reaccionar con compasión, amabilidad, respeto, serenidad, amor, etc.
Hace un tiempo un grupo reducido de personas comenzamos estas prácticas, ni te imaginas las experiencias que estamos teniendo, te invito a experimentarlas por ti misma o por ti mismo.
Cuidado, “no sé por dónde comenzar” - “este está loco”. etc.

Vigila la lengua y antes tus pensamientos.

“Las palabras de Dios no pueden regresar a Él vacías. Deben cumplir lo que se había propuesto y "prosperar en aquello para lo cual él las envío."

Todo cuanto sale de tu boca, se transforma, o mutala materia cósmica que nos rodea, y se convierte en experiencia. No quedan en el vacío, porque, “el supuesto vacío adopta la forma de esas palabras o decretos”

Ya sea que estés consciente o no de la ley, continuamente cosechas los frutos de tus palabras, y yo los de las mías, y el los de las suyas. A todos nos afecta esta ley.
Puede que no lo supieses, que no la conocieses, o lo que quieras usar como excusa, pero así funciona.
Ahora ya la conoces, pon este conocimiento a prueba por 30 días, duda de lo que te cuento y ponlo a prueba, la experiencia y tus experiencias te ayudaran a comprender todo esto mucho mejor que estas palabras.
Ahora eres consciente y puedes vivir una nueva realidad conscientemente desde el mismo momento que comiences a fijarte en lo que hablas, de donde procede y hagas los cambios pertinentes.
“Se así de ahora en adelante y vive una nueva vida”.

Lo que hasta ayer estuviste cosechando es por causa de esta ley, y la ley precisa de un parlante para que opere. tú eres quien habla y quien pone en funcionamiento esta ley.
La Ley siempre está a la espera de tu orden.
¿De verdad crees que las cosas que te suceden son por simples accidentes o caprichos del destino? Medita la primera parte de este artículo, sí, eso del concepto que tienes de ti y las cosas que te dices.
Observa que, esos detalles tan insignificantes como tu dialogo interno y lo que dices de tu entorno ha adquirido forma, y a más intensidad por tu parte, tanto de lo mismo por la parte de la situación. 
¿Ya lo viste?
Tú eres quien pone en funcionamiento esa Ley, tú eres la causa, todo cuanto experimentas es solo y exclusivamente el resultado de tus palabras exteriorizadas o interiorizadas.
Por favor, no me vengas con eso de: “Hay, si yo no lo dije, solo lo pensé”. Esto solo sirve para empeorar las cosas y para defenderte ante la justicia humana, pero no ante los principios cósmicos y universales. Veamos un claro ejemplo sobre la diferencia entre pecado y delito:
Si ves algo que te gusta, por ejemplo, un bolígrafo, si te lo llevas has cometido un delito, y a su vez pecaste, claro.
Si no te lo llevas, no hay delito, pero pecaste al pensar en llevártelo. La justicia humana no te hace responsable por un delito que no ejecutaste, pero, la universal si te hace responsable de un pecado, y siempre funciona. Lospensamientos no son gratuitos. Este artículo resaltado en azul, es el correcto para poder comprender el tema en profundidad.
Ahora ya sabes por donde comenzar, y yo también.
Es nuestra responsabilidad como pensamos y lo que hablamos, saber que los que nos rodean también se esfuerzan en mejorar su entorno, nos ayuda a todos, por eso te agradecemos que les compartas este enlace a tus seres queridos, entre todos es más sencillo invertir las atenciones. Gracias.








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