La mente y el mundo.

Este es un mundo de apariencias que mantiene en una constante ilusión a la mente.

Todo cuanto pensamos está basado en apariencias, en creencias basadas en las mismas apariencias, aunque, aparentemente sea perfecto.

El tiempo suele separar lo aparente de la mente y mostrarnos la verdad que se oculta detrás de toda apariencia.

Se cuenta la historia de un pollito que habitaba en una gran finca. Pocas, por no decir ninguna, eran sus obligaciones salvo comer.

El pollito, que contaba con todo el tiempo del mundo, tomó la decisión de dedicar su vida a la meditación y a la observación.

 

Un día se acercó un humano, era la primera vez que lo veía, se asustó y salio corriendo a esconderse en un lugar en donde pudiese observar que hacia ese hombre.

Lo vio limpiar toda la zona en donde el solía habitar, renovar el agua y adecentar todo el lugar.

Cuando se fue el hombre el pollito se acercó al lugar y lo observo todo detenidamente. Su sorpresa fue ver que el maíz, que se había terminado, aparecia de nuevo y abundante.

El pollito decidió observar al humano todos los días desde un lugar seguro y meditar sobre su comportamiento.

Pasaron los días, las semanas, hasta cuatro meses fue el tiempo que dedico el pollito a la observación del humano y sus actos.

Entre todas sus observaciones, una era las que más le llamaba la atención. Cada vez que aparecía el humano aparecía el maíz, el agua fresca y todo quedaba limpio.

Cuatro meses era tiempo más que suficiente para saber a ciencia cierta que aquel humano lo estimaba y lo respetaba. Gracias a ese humano él disfrutaba de un confort que no todos los pollitos podían tener. Se vio a sí mismo en un templo, en una especie de retiro espiritual dedicando el tiempo a la observación y a la meditación.

Agradecido por toda la experiencia que estaba viviendo y contento por la conclusión a la que habían llegado sus pensamientos y su inteligente mente, decidió acercarse al humano y agradecerle su hospitalidad y sus ofrendas.

Al acercarse para mostrarle su gratitud, el hombre lo cogió y le retorció el pescuezo.

La intención de toda apariencia terminara por aparecer.

¿Acaso es bueno el que es bueno únicamente para los suyos?

¿Acaso es respetuoso el que respeta únicamente a los suyos?

El tiempo suele separar lo aparente de la mente y mostrarnos la verdad que se oculta detrás de toda apariencia. Pero, usted puede adelantarse al tiempo si sabe observar y comprender.

Lao Tsé dice:

Todo el mundo toma lo bello como bello.

y por eso conocen qué es lo feo.

Todo el mundo toma el bien por el bien,

y por eso conocen qué es el mal.

Porque, el ser y el no-ser se engendran mutuamente.

Usted observó lo bello de esta historia y, en ese momento quedó constituida la maldad.

Usted observó el bien en el hombre y, en ese momento quedo constituida la maldad.

Solo vimos lo aparente, pero recuerde que en el YIN coexiste el germen del Yang y en el Yang el del Yin.

El capítulo 2 del Tao Te King nos enseña el beneficio de no juzgar nada, solo esperar el fin de la transformación que continuamente se crea, indefinidamente.

Porque el Ser y el no Ser se desarrollan mutuamente y constantemente.

Esta historia del pollito es más común de lo que imagina.

Continuamente nos creamos una imagen de la persona que tenemos en frente, si sale todo según lo previsto nos mostramos agradecidos, de lo contrario, nos encontraremos tristes como mínimo.

Eso mismo sucede con el amor, cuando amamos a una persona, seremos felices si se cumplen las expectativas, de lo contrario, pasaremos del amor al odio en un santiamén

La visión del pollito era una, la realidad era otra.

Usted puede cambiar la visión que tiene de una persona, pero, no puede cambiar el Ser real de esa persona, esa es su realidad.

La visión que usted tenga con respecto a su pareja o de cualquier persona, pertenece a las ilusiones de su mente, son pura fantasía. Lo real no puede ser cambiado, solo lo falso se puede cambiar.

Cuando uno ama a una persona, si es real ese amor, no espera nada de esa persona. El amor es su realidad, está en usted y sale por sus poros, pero no espera nada a cambio, solo ama porque es amor. No juzga, no interpreta, solo ama.

El amor y el odio es la misma realidad con diferente manifestación.

Cuando uno se encuentra soñando, a la “supuestamente” persona amada haciendo lo que a mí me gustaría que hiciese, no puedo decir que este amando, simplemente me estoy engañando y lo real aparecerá, entonces me decepcionare.

“Este es un mundo de apariencias que mantiene en una constante ilusión a la mente”.

Todo cuanto pensamos está basado en apariencias, en creencias basadas en las mismas apariencias, aunque, aparentemente sea perfecto.

El tiempo suele separar lo aparente de la mente y mostrarnos la verdad que se oculta detrás de toda apariencia.

Vivir sin conclusiones es uno de los sagrados trabajos a realizar. Eso nos mantiene en equilibrio que, dicho sea de paso, es la vida que todos desean. le recomendamos leer los siguientes articulos.
El equilibrista. Yin - Yang. Una visión Taoísta.

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