jueves, 17 de mayo de 2018

3 pasos para vivir según el Tao.



Una etapa de nuestra existencia la pasamos en este mundo en donde nada permanece estable y todo cuanto nos rodea son apariencias. Absolutamente todo está en continuo movimiento, incluso este planeta, que no se perciba no significa que no se mueva.


Este planeta sobre el que caminamos y que, aparentemente está quieto, rota (gira sobre sí mismo) a una velocidad aproximada de 1.700Km por hora, y órbita alrededor del sol a 107.000Km por hora aproximadamente, podríamos continuar con las galaxias y el cosmos. Como ves, quieto no es precisamente la palabra que mejor define el mundo en el que vivimos.



Muchas personas se preguntan ¿por qué no se notan esas velocidades? La respuesta es muy sencilla, tanto la velocidad como el movimiento son constantes, formas parte de ese movimiento continuo. Si pudieses salir de ese campo gravitatorio verías pasar todo tu alrededor a gran velocidad.

¿Cómo nos afecta esto a nosotros y a nuestra forma de vivir?
Comprenderemos como nos afecta usando el ejemplo del equilibrista que ya utilizamos en un artículo anterior.
Si el equilibrista se quedase quieto sobre la cuerda, este se caería, solo puede mantener el equilibrio estando en un movimiento constante de izquierda a derecha y viceversa.
El equilibrio no es algo que una vez conseguido dure permanentemente, el equilibrista lo logra paso a paso y de momento en momento, una y otra vez.
Si se queda quieto, se cae.
Si se desvía demasiado hacia un extremo y no rectifica a tiempo, se cae.

Así es también con nuestras reacciones emocionales. Adoptar una postura estática no te mantiene en equilibrio, te desequilibra y te caes.

Prueba a quedarte quieto en posición de firmes con los ojos cerrados y notaras el balanceo.
Cuando se mantiene firme una postura determinada y no se balancea emocionalmente, esa postura terminara cayéndose.

Lo más inteligente es fluir con el continuo movimiento y armonizarse. El ejemplo del equilibrista nos permite comprender que el equilibrio no es algo que esté afuera de nosotros.

¿Cómo lograr el equilibrio?
El verdadero equilibrio está en el interior y tú eres el equilibrista.
La cuerda por la que camina el equilibrista son las emociones y el movimiento que lo mantiene en equilibrio o cayéndose, son las reacciones.
Para estar en equilibrio primero debe de perderse, es similar a la felicidad.

¿Cómo se puede ser feliz sin haber sido antes infeliz?
Aquello que se quiere ser, a veces, es mejor no perseguirlo si no se ama y disfruta lo opuesto.
Para ser feliz se debe de saber disfrutar de la infelicidad, porque es parte de la misma energía, la misma sustancia, la misma frecuencia.

La felicidad o la infelicidad forman parte de la interpretación que la mente nos da de los hechos que nos rodean, tus sentimientos forman parte de esa experiencia que llamamos vida y deben de ser aceptados por igual, ya sean de un lado o de su opuesto, como el equilibrista ¿recuerdas? Ni lo uno ni lo otro debiera hacernos perder el equilibrio.
Ambos flujos son necesarios para mantener el equilibrio, este depende de nuestra capacidad para permanecer centrados en un constante va y ven entre la felicidad y la infelicidad, sin perder el disfrute de cada momento en cualquiera de los lados opuestos.

La mayoría de las personas que conozco no quieren balancearse hacia el lado de la infelicidad, solo se inclinan hacia el lado de la felicidad, así pierden el centro de gravedad y se caen. ¿por qué? Pues muy sencillo, ya verás.
Su deseo de ser feliz es tan grande como el grado de inclinación en el lado de la infelicidad en el que se encuentran realmente. Cuando persigues algo es porque no lo tienes.

Si una persona se ríe todo el día, y ríe, y ríe, y ríe sin parar, esa persona no está alegre, está loca. Para que la alegría se encuentre en una persona, han sido necesarios los momentos de tristeza. El continuo va y ven, porque, cuando se mantiene el equilibrio entre lo uno y lo otro, es cuando se está centrado.

Cuando te encuentres en uno de los extremos, debes regresar al centro de inmediato.
Inclinarse al máximo en una postura es conocido popularmente como ser extremista. Eso precisamente es lo que más le agrada a la mente, ir a los extremos. El objetivo de esta forma de actuar es la perfección y todos conocemos alguna persona excesivamente perfeccionista. Se vuelven obsesivos porque perdieron el equilibrio, no aceptan los cambios, no aceptan el movimiento.

Caminando en equilibrio. Taoísta y Tao.
El Tao no tiene como meta la perfección, solo importa la totalidad. Qué, dicho sea de paso, no es más qué la suma de los opuestos.
La felicidad y la infelicidad.
La riqueza y la pobreza.
La alegría y la tristeza.
Estos son algunos ejemplos de vibraciones opuestas en una misma frecuencia energética.

Hay un momento para cada situación, porque a cada momento le precede un movimiento, y a este, el equilibrio.

El Tao enseña:
“Estira el arco hasta el máximo y desearas haberte detenido a tiempo”.
“Templa una espada hasta el máximo y su filo no durara mucho”.

Celebramos que ahora te sea más fácil mantenerte en equilibrio, porque eso es contagioso, por esa razón esperamos que contagies a tus seres queridos compartiéndoles este artículo.

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