viernes, 6 de abril de 2018

El Equilibrista.




 Vivir sin conclusiones es uno de los sagrados trabajos a realizar. Eso nos mantiene en equilibrio que, dicho sea de paso, es la vida que todos desean.
La vida es un equilibrio entre opuestos constante. Los ancianos llegan a descubrir, con la experiencia que otorgan los años y las vivencias, que las conclusiones a las que llegaron en su juventud fueron erróneas. Todo cuanto sucede a nuestro alrededor son meras circunstancias y, todas ellas, en constante movimiento.


¿Cuál de ellas perdurará hasta el final de los tiempos?
Mantenerse en equilibrio en medio de estas circunstancias le convierte a uno en equilibrista; Y esa, es una profesión que requiere destreza. La destreza no es una virtud que se obtenga por las buenas, requiere de esfuerzo, sacrificios y mucha paciencia. Hay un camino correcto para adquirir destreza y sin embargo la mayoría de las personas le huyen, el camino correcto es el ensayo y los errores. La destreza llegará tras un número adecuado de errores y tropiezos, a cada persona según su cualidad, un día tras otro, un año tras otro.

Cuando adquirimos una destreza es cómo si ya formase parte de nosotros, no requiere ser recordada, actúa intuitivamente, cómo si formase parte de nuestra forma de “Ser”. Si necesita recordarla o concentrarse para que aflore, eso que recuerda no es una destreza, es un pensamiento y como tal forma arte de la mente y no de la forma de Ser. Cuando expresamos una destreza lo hacemos de forma espontánea, sin pensar, cómo un acto natural. 

La mente siempre nos dirige hacia los extremos. Si comienza un camino querrá llegar hasta el final, aun sabiendo que es erróneo o nos animara a dejarlo en cuanto ante; La destreza de caminar permite abstraerse de los pensamientos y vivir el camino.

Mantener las emociones controladas y la mente enfocada en el caminar nos permite caminar centrados, sin desviarnos demasiado ni a la derecha ni a la izquierda. El equilibrista se mantiene centrado paso a paso. Si se inclina a la izquierda, rápidamente corrige la postura hacia la derecha y así consigue el equilibrio, eso lo mantiene centrado.
La cuerda es su camino, pero el se centra más en sus movimientos que en los de la cuerda y eso lo mantiene en equilibrio.
El control de las emociones y el enfocar la mente en el caminar más que en las circunstancias del camino nos mantiene en equilibrio. Eso nos mantiene centrados.

Nota de un equilibrista experimentado:
Si miras hacia abajo te caes, no fijes tu atención en lo que temes más de en lo que estas logrando, y ahora, da otro paso, así disfrutándolo.



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