Al igual que sucede en otros aspectos de la cultura tradicional china y, teniendo en cuenta que hablamos de miles de años, poco se sabe con científica fiabilidad sobre los primeros observadores de este fenómeno y, cómo en muchos casos, todo queda envuelto de la mitología.
“Todas las cosas tienen en su espalda la oscuridad, y tienden a la luz”
Según cuenta la mitología
china, el Dios de la creación, (Pangu) el cual surgió del caos sin forma, qué
así es cómo se describe al universo en su origen, dividió con su hacha las
fuerzas del Yin y el Yang cuando ambas estaban en equilibrio.
La fuerza Yin se hundió para
formar la tierra y la fuerza Yang se elevó para formar los cielos.
Pangu
permaneció entre ambas fuerzas durante 18.000 años, que fue el tiempo necesario
para que el cielo y la tierra estuviesen bien formados y estables en el
universo.
Al finalizar la etapa de la
formación, Pangu murió y con cada parte de su cuerpo se crearon las cosas del
mundo.
El Tao. Lao Tsé, dice:
El Tao produjo al Uno.
El Uno produjo al Dos.
El Dos produjo al Tres.
El Tres produjo a los diez mil
seres.
Todas las cosas tienen en su
espalda la oscuridad, y tienden a la luz.
Los antiguos maestros, chinos, observaron qué todos los aspectos de la vida están regidos por dos fuerzas opuestas que se complementan. (Bello – feo, amor – odio, vida – muerte, calor – frío, luz – oscuridad)
lo único inmutable en el
universo es el movimiento, absolutamente todo se mueve, se transforma y muta;
es un ciclo continuo de inicios y finales generado por lo único inmutable, el
movimiento. Pero, el movimiento también contiene sus principios y dos
tendencias muy características
Una tendencia es expansiva o
centrifuga (lo inicia todo)
La otra tendencia es
contractiva o centrípeta (todo lo regresa al origen).
El Yin y el Yang, ambas
fuerzas se manifiestan constantemente como fuerzas opuestas, pero,
necesariamente complementarias la una con la otra para que el universo mantenga
el sentido y propósito de sus acontecimientos.
El movimiento es constante en
el universo y esto implica una continua transformación del mismo. Por lo cual,
cuando las fuerzas del Yin y el Yang se complementan en armonía los diez mil están
en equilibrio.
“Las diez mil cosas contienen al Dos, como fuerzas opuestas que se unifican en armonía en el movimiento”
El Yang (La fuerza centrífuga)
tiende a la manifestación, a la visibilidad, a la iluminación, a la
exteriorización)
El Yin (La fuerza centrípeta)
tiende al ocultamiento, a lo oscuro, a la interiorización.
Cada ser, objeto o pensamiento
contiene un complemento del que depende para su existencia y que existe dentro
de él mismo. Absolutamente todo está en continua transformación y nada está en
estado puro.
Nada es lo que parece a los
ojos del que mira, pues solo el que observa sin mirar lo ve.
La teoría del Yin y el Yang
está presente en todas las artes y ciencias de la cultura tradicional china,
así como en la mayoría de culturas orientales. Obsérvese la base de las
medicinas tradicionales, las artes marciales, técnicas de masaje y, técnicas de
control y relación con el Qi,
El Yin -Yang está presente en
todo y es representado de múltiples formas, sin embargo, la más popular es la
figura que combina el blanco y el negro.
La zona oscura representa al
Yin
La zona blanca representa al
Yang
Los puntos internos de color
distinto que se encuentran en cada símbolo representan el germen del opuesto en
cada uno.
Conocer la visión del Yin –
Yang por el I-Ching puede resultar muy interesante y esclarecedor, pero eso lo
dejaremos para otro tema porque es muy extenso.
En el Yin – Yang se reflejan
todas las propiedades esenciales de cualquier fenómeno natural y al observar su
comportamiento se comprende y explica la fisiología y la patología del ser
humano.
Cualquier objeto o fenómeno
que se de en el universo consiste en dos aspectos opuestos entre sí, pero, a su
vez, indisolubles, esto incluye a nuestro planeta con sus seres vivos y cosas,
Estos aspectos y cosas del universo, también son interdependientes y, a su vez,
se complementan y se rigen por una serie de principios.
Principio de oposición: Todo tiene su opuesto y, a su vez, este absoluto es
relativo porque nada es completamente Yin ni completamente Yang. Recuerde el
germen opuesto en cada fuerza. En un día de verano puede hacer frío y en un día
de invierno puede hacer calor.
Principio de
interdependencia: El Yin no podría
existir si no existiese el Yang. Si se reconoce la oscuridad (Yin) se admite la
existencia de la luz (Yang).
Principio de dualidad: calor – frío, día – noche, vida – muerte, luz –
oscuridad.
Principio de subdivisión: Todo aspecto Yin o Yang puede subdividirse a sí
mismo en más aspectos Yin o Yang indefinidamente. Nada es como aparenta,
podemos encontrarnos en cualquier día caluroso de verano y ese calor puede ser
templado, ardiente, húmedo o seco.
Principio de alternancia: El
universo está en constante movimiento, transformación y mutando. El Yin y el
Yang pueden transformarse en su opuesto cómo lo hace la noche en el día o la
vida en la muerte. Cada movimiento conlleva un cambio, cada cambio una
transformación.
Solo es lo que es ahora y ya
está cambiando.
El Yin y el Yang siempre
existió y existe en todo.
La energía suprema (Qi) se
auto divide en dos fuerzas opuestas que se alternan y compenetran. Nada es lo
que parece porque nada aparece en estado puro, el Yin contiene al Yang y el
Yang contiene al Yin.
Yin y yang se mantienen en un
constante e inestable equilibrio.
El Tao produjo al
Uno.
El Uno produjo al
Dos.
El Dos produjo al
Tres.
El Tres produjo a
los diez mil seres.
Todas las cosas
tienen en su espalda la oscuridad, y tienden a la luz.
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