Si conoce el camino, entonces, ya conoce la meta.
El camino del Tao nada tiene que ver con los caminos que se
encuentran por los campos y mucho menos con las carreteras en donde todo se
encuentra indicado, la dirección, la velocidad e incluso el destino.
El camino del Tao es más parecido al vuelo de los pájaros, no
deja rastro y del sendero no hay rastro, sin embargo, saben a dónde van.
El camino del Tao es similar al revoloteo de una mariposa en
los floreados prados, de flor en flor, posándose sobra cada una, tomando lo que
necesita y dejando en cada flor lo que requiere, sin embargo, no deja rastro ni
de su presencia ni de en donde se posó.
No se pueden seguir esos caminos, el águila tiene el suyo
propio, igual sucede con la mariposa. Si usted puede seguir a alguien, ese no
es su camino, es el de esa persona, pero no el suyo. Cada uno tiene su propio
camino.
El camino del Tao es un camino sin sendero.
Por más que lo busque no lo hallará y, si insiste, se aleja del camino. Cada uno encuentra el camino a su manera y según convenga a su evolución propia, este es el motivo de no poder tomar el camino de otra persona.
Por más que lo busque no lo hallará y, si insiste, se aleja del camino. Cada uno encuentra el camino a su manera y según convenga a su evolución propia, este es el motivo de no poder tomar el camino de otra persona.
Personas, cómo Shiddarta Gautama, recorrieron su propio
camino según le fue conveniente a él (su Ser). Pero, muy poco o nada sabemos de
ese camino tan particular. Lo que si conocemos es lo que otros han escrito
sobre ese camino y lo que se ha construido en relación a ese camino, lo mismo
sucedió con Jesús de Nazaret y tantos otros.
Puede que no conozcamos verdaderamente sus caminos.
¿Quién ignora todo lo que se ha construido en su nombre y memoria?
Lo que construye el hombre es reconocible porque está lleno
de señales e indicaciones por todo y para todo, para que no se pierdan. Señales
que nos indican como llegar a ellos, se anuncian y nos reclaman en su nombre.
Ellos caminaron su camino en lo secreto y así debe de ser el
suyo. Cada camino tiene sus propios baches y sus propias enseñanzas. ¿se
imagina pasando los baches y las enseñanzas de las personas anteriormente
citadas? Yo no, tengo suficiente con los propios y algún bache ya me parece
cómo escalar el Everest.
Si Tao es el camino, el taoísta es el caminante.
Lao Tsé dice:
El Tao que puede ser expresado
no es el verdadero Tao.
El nombre que se le puede dar
no es su verdadero nombre.
Sin nombre es el principio del universo;
y con nombre, es la madre de todas las cosas.
Desde el no-ser comprendemos su esencia;
y desde el ser, sólo vemos su apariencia.
Ambas cosas, ser y no-ser, tienen el mismo
origen, aunque distinto nombre.
Su identidad es el misterio.
Y en este misterio
se halla la puerta de toda maravilla.
Tal y cómo lo vivió Lao Tsé.
El taoísmo no es una religión, ni mueve masas ni pretende hacerlo, de ser así ¿Hacia a donde las llevaría?
El taoísmo no es una religión, ni mueve masas ni pretende hacerlo, de ser así ¿Hacia a donde las llevaría?
Solo al caminar se encuentra el camino, cuando se vive una
vida propia, original, sin imitar a nadie y sin falsos ídolos en la mente a
quien imitar.
Fluyendo lo que real es, es como surge la realidad que se es.
Le animo a que tenga el coraje de caminar sin necesidad de
indicaciones ni de guías, sin seguir a nadie y sin salir de casa. Simplemente
caminante y camino se funden en uno; perdiendo la noción del tiempo y, tal vez,
la del lugar en el que su mente cree encontrarse, perdiendo la vergüenza de Ser
original y no importándole la opinión de los demás, siendo diferente, siendo
sonriente sin más motivo que Ser. En ese momento, el caminante está caminando.
Le ha sucedido a menudo, cuando ha estado pintando, cantando,
corriendo o haciendo aquello que le apasiona, su mente dejó de estar al mando,
perdió la noción de todo menos la del ahora. Ahí, en ese momento, usted está
solo, no sigue a nadie. Y es un momento intenso, plenamente vivido.
Cuando se sigue a otros, se sigue a las masas porque se cree
que así es más seguro no perderse. Pero, ya se perdió. Si la gente baila usted
baila, si la gente canta usted canta o, peor aún, hace que canta. Ya se perdió
Cuando uno se encuentra caminando el camino, viviendo el
camino, siendo el camino aún rodeado de masas, esa persona es taoísta,
caminante, original. Póngale el nombre que quiera porque lo que de verdad importa
es lo que se ES. Eso es lo Real.
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